“Confieso que fue una época muy agotadora y difícil para mí y para mi hijo cuando siempre sentía los ojos de la sociedad mirándome y susurrándome cosas que yo misma sabía que no eran buenas, ¡nada buenas! ¡Las miradas de lástima, desprecio, miedo y a veces disgusto siempre se dirigen a nosotros!
Dijo Giraldelli. “Aunque esto no es fácil de aceptar, mi esposo y yo hemos decidido actuar con normalidad y actuar con normalidad, a pesar de nuestras palabras. Sólo queremos darle fuerza a nuestro hijo, para que siempre pueda creer en sí mismo y seguir adelante”.
